viernes, 14 de febrero de 2014

Algo para ti.

Eres alguien muy especial para mí, un alguien muy importante en mi día a día. A pesar de todo lo que he pasado contigo, a pesar de todas aquellas absurdas discusiones, estoy aquí para decirte una cosa.

Te quiero.

Ya sabes cuántas veces te lo he dicho, cuántas he sentido que esas dos palabras se quedan cortas, cuántas he llorado delante de ti por tenerte lejos, cuántas me he reído por el simple hecho de que estás bien, cuántas he dormido escuchando tus dulces palabras... A pesar de todo, estás allí. Allí, lejos de mí. Allí, siendo fiel a nuestro mutuo sentimiento. Allí, sí, allí amándome con todas tus energías.

Has presenciado los grandes cambios que he tenido, mi dolor, mi enfado, mi dulzura, mis tonterías, mis bajones... Todo. No sé cómo no te has asustado y echado a correr: me parece impresionante. Pero, no. Sigues allí.

Eres como un sueño hecho realidad. No, no eres perfecta. Te faltan cosas que yo pedía para mi niña perfecta, pero me da igual ya. No cambies. Te quiero así, tal y como eres.

Eres el sueño que me da miedo que desaparezca y nunca vuelva a recordar. Eres tú la que me ha hecho saborear el dulce sabor del amor; la que me ha animado a seguir la vida; el que me ha ayudado en los malos momentos; la que ha mantenido viva la llama de mi esperanza; la que ha hecho que quiera vivir...

Te adoro. Es lo único que puedo decir, pero ya sabes que las palabras no importan, sino el sentimiento.

Gracias por todo. Gracias por estar siempre allí. Has hecho de mí alguien mejor. Me has hecho feliz en muchas ocasiones. Has hecho que crea en un mañana mejor.

Has mantenido la esperanza en mi corazón.

Gracias por todo. Por tu dulzura y amor.

Te amo.

¡Feliz San Valentín!

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